El árbol crece mejor en la tierra de sus antepasados...
¡CONOCÉ LA COMISIÓN DIRECTIVA Y OTROS MIEMBROS DE LA UNIÓN!
SILVIA KNIZ
Presidente de la colectividad
ROBERTO BUBENIK
Vicepresidente de la colectividad
MELANIE GUTIERREZ RATH
Profesora y coreógrafa
del grupo folclórico Moravanka
PETR TÁBORSKÝ
Profesor de idioma
y cultura checa
MIRYAM VONKA
Secretaria
de la colectividad
FERNANDO FARIÑA
Prosecretario
de la colectividad
PATRICIA PACHINSKY
Tesorera de la colectividad
MAYRA HOPIAN
Miembro de la comisión
FABIÁN CERMAK
Miembro de la comisión
PEDRO MARINICH
Miembro de la comisión
ENZO BATTER
Miembro de la comisión
MARTA TELES
Miembro de la comisión
RICARDO HOPIAN
Miembro de la comisión
LUIS HUSAK
Miembro de la comisión
ALICIA MUDRA
Miembro de la comisión
DIEGO JERABEK
Miembro de la comisión
HISTORIA DE LA COLECTIVIDAD
Capítulo 1: Los primeros pobladores checoeslovacos del Chaco
El 16 de abril de 1913, llegaron al incipiente pueblito de Presidencia Roque Sáenz Peña los primeros pobladores checoeslovacos. Estos inmigrantes, procedentes del corazón europeo, fueron quienes atrajeron una fuerte corriente de inmigrantes checos y eslovacos. Poblaron y trabajaron estas tierras de bosques tupidos, dedicándose especialmente al cultivo algodonero, contribuyendo así en gran medida al rápido progreso de esta zona. Son estos primeros pioneros los Señores Pedro Sasvata y Juan Novotný, junto con su familia.
Fueron muy duros los comienzos, tuvieron que talar los bosques y desmalezar para tener sus campitos, donde comenzaron a sembrar el textil. Don Pedro Sasvata traía su experiencia de cultivo algodonero del Estado de Texas (Estados Unidos de Norte América), pues había vivido en esa zona por varios años. Se asegura que fue don Pedro Sasvata quién trajo a Sáenz Peña las primeras semillas de la planta que se conoce como el “oro blanco”. También introdujo la “cultivadora” que limpiaba de malezas el algodonal y la primera máquina sembradora de algodón. Al fallecer don Pedro Sasvata, su hijo Carlos continuó su obra.
Los pioneros checoeslovacos, así como los inmigrantes de otros países europeos tuvieron que afrontar tiempos difíciles: vivir en ranchos “enchorizados”; es decir hechos con barro y paja, luchar contra las terribles “mangas” de langosta que asolaban los cultivos y diezmaban las plantaciones de algodón, la “lagarta rosada”, [una oruga que destruía a los capullos verdes de la planta]. Los años de sequía también dañaban los plantíos y el “viento norte” abrazador, que por momentos soplaba con inusitada fuerza. Estaban también las temibles víboras venenosas y los animales salvajes. En los primeros tiempos se cavaban pozos a profundidades extremas sin conseguir agua y había que seguir buscando el vital elemento.
Los inmigrantes checos y eslovacos arribaron a estas tierras con un bagaje de esperanzas y muchos deseos de trabajar sus propias tierras. Así, formaron una gran colonia que por su población se situaba en tercer lugar después de los inmigrantes españoles e italianos. Es significativo destacar que en la primera “Fiesta del Algodón”, realizada en Sáenz Peña, la primera reina del algodón electa fue la señorita Olga Dufek, hija de agricultores checoeslovacos.
Los checoeslovacos trajeron consigo su lengua, costumbres, música, danzas y canto. Eran además amantes del teatro y ofrecían representaciones en idioma checo. Se reunían en bailes sociales divirtiéndose al compás de valses y polkas checas. Entre ellos había músicos que formaban orquestas con violines, acordeón, contrabajo, bombo, tambor y platillos.
Se formó una sociedad cuyo centro era el edificio “Slavia”, que tenía adjunto un hotel y alojamiento. En el salón se realizaban veladas bailables y se representaban obras teatrales checas.
Por iniciativa de los inmigrantes checos, también se creó en el año de 1928 la “Unión Gimnástica Sokol”, cuyas actividades decayeron con el tiempo pero en el año 1937 volvió a tomar auge con mayor fuerza. En la década del ‘40 se formó el club deportivo “Morava” también de raíces checas, cuya principal actividad era la práctica del voleibol.
Desde un principio existió la escuela checa y en Bajo Hondo (colonia del Chaco) una escuela eslovaca. Hasta el día de hoy, existe el edificio de lo que fuera la escuela checa y el pensionado donde residían los niños hijos de agricultores que asistían a la escuela argentina y checa. Hubo muchos maestros checos venidos de Europa que trabajaron intensamente y con amor hacia los niños. Cabe destacar la importantísima labor de uno de ellos: el maestro Milos Brunclík, que traducía las tareas escolares de la escuela argentina, que funcionaba con la checa, a los niños que no hablaban el idioma castellano. Esto quiere decir que este maestro aprendió primeramente el idioma castellano para poder trabajar y esto es de gran valor para la docencia de aquel tiempo. También es necesario distinguir la tarea del maestro José Walenta, quien enseñó a los niños el arte escénico, representando cuentos y comedias infantiles que en muchos de los niños despertaron la inclinación hacia el teatro. Su esposa Hana de Walenta, profesora de danzas clásicas enseñó y preparó muchas danzas folklóricas checas que eran celebradas por el público presente. Eran fiestas donde se reunían muchos paisanos, que además saboreaban el asado criollo que preparaban personas que habían aprendido el arte de hacer un buen y sabroso asado. En estas fiestas alegraban el ambiente los músicos. Es justo recordar al último de ellos: José “Pepe” Vonka, cuya constancia mantuvo una orquesta por numerosos años, donde también actuaban sus tres hijos.
Según los datos existentes el 90% de los inmigrantes checoeslovacos eran agricultores, pero había una porción de personas que habían adquirido estudios mayores y conocimientos de su patria. En la ciudad funcionaba el estudio fotográfico del señor Francisco Lukestik, el cual llevaba por nombre “Foto el progreso”, allí se fotografió a casi toda la colonia checoeslovaca. Este paisano fue el pionero de la fotografía en Pcia. Roque Sáenz Peña. El señor Francisco Horný, quien arregló dientes y muelas de los colonos checoeslovacos en los años ’30, recorría las chacras con su auto y su inseparable torno a pedal y sus pinzas para hacer extracciones cuando fuese necesario, (sus herramientas de trabajo se encuentran en el museo). Otra labor destacable fue la del periodista checo, el señor Carlos Kazimour, quien poseía una imprenta y editaba un periódico en idioma checo que se llamó “Venkov Cakenský” (Alrededores chaqueños). Cuando el pueblo cumplió sus 25 años desde su fundación, el señor Kazimour compaginó un libro llamado “Památník” (El libro de los recuerdos), que en una de sus primeras páginas se lee: “Editado en conmemoración del XXV aniversario de la ciudad de Presidencia Roque Sáenz Peña, como expresión de agradecimiento a los ciudadanos checoeslovacos residentes en esta región, al pueblo argentino.
Hubo también ya en la década de los ’50 y ’60 un médico que se distinguió por su sacrificada labor, el doctor Carlos Janik, ya fallecido, que trabajó intensamente no solo por toda la colonia checoeslovaca, sino también por la ciudad y el campo. Era tanta su bondad y sentimiento humanitario que atendía muchas veces sin que el paciente le remunerara, y en más de una oportunidad sacó dinero de su bolsillo para que su paciente pudiese comprar los medicamentos. Fue y aún es amado y recordado con respeto por todos aquellos que lo conocieron y se vieron beneficiados por su actividad profesional. La Fraternidad Ferroviaria le levantó un busto en un lugar perteneciente al ferrocarril local, en agradecimiento y para no olvidar el rol que cumplió este brillante médico.
Los paisanos checoeslovacos instalaron negocios de joyería, relojería, sastrería y modistas. La profesora Hana Walenta enseñó las danzas en la década de los años ’40. En el año 1991, una de sus alumnas, la profesora Juana Calaba de Schafheutle formó el “Ballet Moravanka”, que se presentaba en distintos festivales locales, representando siempre a la colectividad checoeslovaca, y lo hacía especialmente en fecha cercana al 28 de octubre cuando se celebra el aniversario de la independencia de Checoeslovaquia. Actualmente, Checoeslovaquia se ha dividido, quedando formadas la República Checa y Eslovaquia, todo esto realizado en absoluta paz.
Pero aquí, en el corazón del Chaco siguen conviviendo checos, moravos y eslovacos cuyos descendientes argentinos no olvidan sus antepasados que con su trabajo y sacrificio engrandecieron el centro chaqueño.
Juana Calaba, Rosa Handl
Capítulo 2: Páčlavice, aldea natal de Martín Handl
El día 20 de enero a las 18:30 hs. partí de Pačlavice. Nos llevaba en carro José Soldán y Juan Judas quien llevaba nuestras valijas, con nosotros viajaban José Lechner, Karlos Špidla, José Handl y Tynka Judas todos con destino a Nezamislic, y desde allí partimos en tren a las 21:30 hs hacia Praga, donde llegamos a las 5:00 hs. de la mañana y de ese lugar a Liben, precisamente al departamento de emigración, el día 21 de enero de 1929, donde entregamos todos nuestros documentos.
Tuvimos que esperar hasta el otro día, 22 de enero donde nos entregaron los pasaportes y también aquí cambiamos nuestro dinero (coronas) en libras inglesas, 24 libras = 3.840 coronas; luego pasamos a la compañía Loid, y aquí nos entregaron los boletos para el barco, seguro y contrato de viaje, por lo que pagamos el viaje hasta Buenos Aires pero sin valijas. Luego fuimos al Consulado donde nos entregaron la Visa a Argentina y pagamos 112 coronas; y luego volvimos a la campaña Loyd y el día 22 de enero a las 17:30 hs. salimos de Praga a Bremen.
Recuerdo que pasamos por Alemania donde pudimos observar la hermosa infraestructura y una linda llanura. En Drardanerh pedimos salchichas y dos cervezas, lo cual nos trajeron de manera abundante y nos costó 22 coronas. Llegamos a Bremen el día 23 de enero de 1929 a las 14 hs., donde nos llevaron al departamento de emigración y luego a la revisión medica de ojos.
Otro día regresamos al área de revisión médica y nos entregaron el boleto al puerto de Bremen. El día 26 de enero por la mañana fuimos a la estación de trenes y a las 8:30 hs. partimos hacia el puerto, donde llegamos a las 11:30 hs. y enseguida nos embarcaron a Madrid, donde nos recibieron con música. A las 14 hs desde Madrid, partimos hacia La Coruña, pasamos por el canal de La Mancha, del lado izquierdo la costa francesa y por el lado derecho de la costa inglesa. A las tres horas de viaje, el barco comenzó a balancearse y me sentí tan mal que entré a una cabina y salí recién cuando anclamos en La Coruña después de cuatro días de viaje. Una vez en La Coruña, zarpamos y llegamos a Villa Gracia en España, luego pasamos por Viga donde compramos 90 naranjas a 8 coronas, de aquí zarpamos y en medio del viaje nos sorprendió una fuerte tormenta y una espesa neblina, lo que hizo que naveguemos perdidos durante un día, hasta que pudimos llegar a Posta, para luego zarpar hacia Lisboa.
Recién pudimos bajar y pisar tierra firme en Portugal donde junto con José Judas y Francisco Martykan, comenzamos a caminar hasta llegar al centro del pueblo. Nunca olvidaré en mi vida como todo era tan hermoso y bien planificado. Luego caminamos hacia una taberna, en donde bebimos bastante vino y 6 litros que compramos para llevar al barco, 1 litro nos costaba 120 coronas.
De aquí zarpamos para llegar a la Isla Madeira, (ultimo puerto de Europa) de donde era oriundo el emperador austro-húngaro Karlos. Pasamos el día 12 de febrero por el Ecuador, recuerdo que hacía un calor insoportable y a las 14 hs hubo un gran alboroto porque debimos atrasar los relojes 3 horas con respecto a Europa.
El 13 de febrero nos aplicaron las vacunas a todos los pasajeros y por la noche en la cubierta del barco hubo un baile de máscaras. ¡¡El día 19 de febrero avistamos las costas de América!! Desde Madrid recorrimos cada día unas 300 a 320 millas para llegar a Rio de Janeiro a tierra firme, donde está el puerto más hermoso de Brasil, en donde crecen bananas en los caminos como en mi país las manzanas y el calor era tan insoportable que no aguantábamos. Luego zarpamos a San Francisco do Sul donde anclamos a 2 hs. del puerto, dado que las aguas estaban muy bajas, para después partir hacia Rio Grande Do Sul, el ultimo puerto de Brasil.
Luego llegamos a Montevideo, Uruguay donde cambiamos dinero y nos encontramos con una comunidad checa muy grande. Yo solo pensaba en cuanto faltaba para llegar a Buenos Aires para ver a mis amigos y parientes.
El día 23 de febrero a las 5:30 hs. de la mañana llegamos a Buenos Aires De Bremen a Buenos Aires son 17.000 millas, algo como 11.835 km. Recién a las 10 hs. nos liberaron luego de revisarnos las valijas, para después pasar por migración. En esta ciudad estuvimos 4 días, durmiendo y comiendo en el “Hotel Checo”. Durante el día paseábamos en tranvía (el cual costaba 0,05 centavos) y recuerdo visitar el Jardín Zoológico, donde la entrada costaba 10 centavos.
El 27 de febrero a las 20 hs. Partimos hacia Presidencia Roque Sáenz Peña y llegamos el 1° de marzo a las 12:30 hs. Allí nos esperaba Jorge, un amigo de mi pueblo quien no dirigió al Hotel Slavia donde almorzamos y luego partimos rumbo a su campo, al cual llegamos ese mismo día a las 17 hs., y así al fin llegamos a destino.
Escrito en Presidencia Roque Sáenz Peña el 24 de mayo de 1930
Martin Handl